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"TANIA FUE USADA PARA SPARRING" CON PERROS DE PELEA
Escrito por Rocío R. Gavira | Twitter: @RocioRGavira
De sufrir un infierno en Murcia a sanar sus heridas en Granada. Ese fue el cambio que el cuerpo de Tania, una perra de poco más de 3 años de edad, necesitaba a gritos. La asociación de animales ‘Peludísimos Granada‘ recibió un aviso el verano de 2014 de que un perro que estaba tirado en una zona de obras en Lorca (Murcia). “Lo encontraron hecho pedazos, con graves lesiones, el hocico hecho polvo… rápidamente nos movilizamos e hicimos que nos lo trajesen a Granada”, relata la protectora.
Tania llegó a Granada en unas condiciones “lamentables, era obvio que había sufrido ataques de otros perros por sus heridas y desgarros en la piel”, recuerda ‘Peludísimos Granada’. Según pudo saber la asociación, esta perra raza pastor alemán fue usada para ‘sparring’, es decir, para entrenar al can luchador en las peleas de perros. “Es algo de lo que nadie habla –afirma–, un tema tabú en nuestra sociedad y que desgraciadamente está muy extendido”.
Nada más recibir a Tania ‘Peludísimos Granada’ la trasladó al veterinario. La pastora alemana pasó por varios chequeos, pruebas y curas de sus heridas. “Estuvo ingresada varios días y para nuestro horror también sufría Leishmaniosis. Tenía unos niveles altísimos de 1280”, dice la asociación.
Durante este año la salud física de Tania evolucionó: sus heridas causadas por el ‘sparring’ sanaron y le tratan su Leishmaniosis con alopurinol, glucantime, jarabes, etc., medicamentos que bajaron que su nivel a 320. En cambio su salud mental sigue resentida. “Todavía es agresiva con los perros que no conoce, no se fía y se defiende por sistema. A saber lo que habrá sufrido”, lamenta ‘Peludísimos’. Tania también “padece episodios de ansiedad si la dejas sola, si la apartas de los otros perros. Cuesta mucho sociabilizarla con otros perros e incluso cuando parece que se lleva bien con algunos, ataca sin más. Es un problema, no sabemos cómo acertar con ella. A veces se autolesiona, se muerde la cola, se frota con superficies hasta hacerse heridas importantes”.
Ante esta circunstancia, el siguiente paso inmediato que pretendía realizar la asociación era corregir esa agresividad de Tania con la ayuda de educadores caninos. Pero surgió otro problema de salud. “Hace dos semanas, en la casa de acogida donde estaba, le empezaron a fallar las patas traseras. No se podía mover y se hacía sus necesidades encima”. La asociación cambió de casa a la perra, a la de una compañera que no tiene perros para que “esté más tranquila”. Tania estuvo ingresada de nuevo y ahora la tratan en el Hospital Veterinario Sur donde trabajan para averiguar qué le ocurre. “Parece ser que le fallan las conexiones nervio-músculo o las propias del músculo. Los veterinarios van descartando enfermedades neurológicas y le están realizando varias pruebas para dar con lo que es”.
‘Peludísimos Granada’ necesita con urgencia una nueva casa de acogida “sin perros”, recalca, para facilitar la recuperación de Tania y que su hogar temporal esté en Granada capital o, como lejos, en pueblos del área metropolitana para que continúe con su control veterinario habitual. Además, que la persona que se encargue de ella pueda dedicarle tiempo. “Ahora está en la casa de una de nuestras voluntarias que tiene dos trabajos: sale por la mañana y vuelve por la noche. Durante el día hacemos turnos entre las voluntarias para ir a verla, jugar con ella, limpiar caca y pipi, sacarla a la calle para que se mueva y fortalezca sus patas”.
Aparte de los mimos que pide para Tania, a la protectora se le acumula los gastos dado los tratamientos que recibe Tania desde hace más de un año. “El dinero ya aparecerá, nos vamos a gastar lo que haga falta, pero necesitamos una casa de acogida en la que Tania no esté sola, que sienta presencia y cariño”.
Aunque pueda alarmar su carácter con los perros desconocidos, la protectora afirma que Tania es “puro sentimiento. Se lleva fenomenal con humanos, adultos y niños. Es cariñosa, dulce y llora cuando la acaricias”. Por lo que si alguno quiere ofrecerse para cuidarla, “que no tenga miedo de tratar con ella, lo único que hay que tener cuidado en la calle cuando se cruce con perros extraños”.
Tania lleva un año de lucha en el que evoluciona poco a poco. Todavía le queda camino por reccorrer. Ojalá al final de la senda encuentre una buena familia que le adopte y le haga olvidar hasta las cicatrices de su cuerpo.
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