GRANADA HOY
-PLAYAS DE AGUA DULCE-
Las aguas de baño continentales son un respiro para numerosos granadinos Pese al veto en el Genil desde el año 2006, muchos ciudadanos siguen visitando este río para ahuyentar el calor
¡ ALEJANDRA RAMÍREZ GRANADA | ACTUALIZADO 11.08.2014 - 01:00
Agosto se nota, y mucho. Este mes deja una imagen desierta de Granada año tras año, y los que se quedan en la ciudad, si no tienen una piscina a mano, buscan una forma de refrescarse en los lugares más cercanos. Las sombrillas, el mar, y la arena de la Costa queda muy lejos de aquellos que por diversas circunstancias no pueden separarse de la ciudad, así que pantanos, ríos, manantiales y arroyos dan en muchas ocasiones el respiro necesario para los sofocantes días de calor.
Granada tiene la fortuna de tener zonas de aguas de baño continentales formadas por ríos y embalses como el de Güéjar Sierra, el Dílar, el Maitena, el río Fuencaliente de Huéscar o el Fuencaliente de Orce. Son lugares donde se puede disfrutar de un ambiente menos caluroso y agradable, rodeados de naturaleza.
El merendero los Alayos, en la localidad de Dílar, es uno de los enclaves fijos para los bañistas de interior, y ayer fueron muchos los que decidieron combinar comida de calidad y baño en este singular paraje. Está claro que para algunos, las altas temperaturas que soporta Granada no son un impedimento para salir y divertirse, en vez de quedarse bajo el techo de su vivienda al amparo del ventilador.
Con las fiestas patronales de Dílar a la vuelta de la esquina, los caminos de los alrededores del río homónimo se llenaron de bañistas, que disfrutaron además de un temperatura cinco grados inferior a la de la capital.
El pasado mes de julio las aguas de baño continentales abrieron la temporada para que los visitantes pudieran disfrutar de embalses y ríos, con las condiciones de limpieza y salubridad precisas. Pero algunos granadinos no pueden desplazarse fuera de la capital y deciden bajar hasta las aguas del río Genil y sumergirse en ellas para huir del potente sol. La zona es muy visitada por numerosos bañistas, a pesar de estar prohibido tanto por la normativa de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir como por la Ordenanza de Convivencia del Ayuntamiento de Granada.
El veto a los baños en el río comenzó en el año 2006. ¿El motivo? Que las aguas del Genil bajan con una peligrosa velocidad y ciertos tramos del río tienen piedras de considerable tamaño que pueden provocar consecuencias indeseadas. Pero hay veces que ni estos impedimentos son suficientes.
Mientras que las vacaciones para algunos son de hotel, playa y chiringuito, para otros son de merendero y río, una alternativa idónea para pasar cualquiera de las jornadas que se hacen eternas en la ciudad.
Granada tiene la fortuna de tener zonas de aguas de baño continentales formadas por ríos y embalses como el de Güéjar Sierra, el Dílar, el Maitena, el río Fuencaliente de Huéscar o el Fuencaliente de Orce. Son lugares donde se puede disfrutar de un ambiente menos caluroso y agradable, rodeados de naturaleza.
El merendero los Alayos, en la localidad de Dílar, es uno de los enclaves fijos para los bañistas de interior, y ayer fueron muchos los que decidieron combinar comida de calidad y baño en este singular paraje. Está claro que para algunos, las altas temperaturas que soporta Granada no son un impedimento para salir y divertirse, en vez de quedarse bajo el techo de su vivienda al amparo del ventilador.
Con las fiestas patronales de Dílar a la vuelta de la esquina, los caminos de los alrededores del río homónimo se llenaron de bañistas, que disfrutaron además de un temperatura cinco grados inferior a la de la capital.
El pasado mes de julio las aguas de baño continentales abrieron la temporada para que los visitantes pudieran disfrutar de embalses y ríos, con las condiciones de limpieza y salubridad precisas. Pero algunos granadinos no pueden desplazarse fuera de la capital y deciden bajar hasta las aguas del río Genil y sumergirse en ellas para huir del potente sol. La zona es muy visitada por numerosos bañistas, a pesar de estar prohibido tanto por la normativa de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir como por la Ordenanza de Convivencia del Ayuntamiento de Granada.
El veto a los baños en el río comenzó en el año 2006. ¿El motivo? Que las aguas del Genil bajan con una peligrosa velocidad y ciertos tramos del río tienen piedras de considerable tamaño que pueden provocar consecuencias indeseadas. Pero hay veces que ni estos impedimentos son suficientes.
Mientras que las vacaciones para algunos son de hotel, playa y chiringuito, para otros son de merendero y río, una alternativa idónea para pasar cualquiera de las jornadas que se hacen eternas en la ciudad.
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